BLEU DE CIRE

En el corazón de los Pirineos, donde la tradición quesera se mantiene viva, nace el Bleu Ciré. Su maduración en cera de abeja lo convierte en una rareza dentro de los quesos azules, potenciando su cremosidad y suavizando su intensidad.

Bajo su fina capa de cera dorada, la pasta marfil, surcada de vetas azules, ofrece una textura fundente y untuosa. En boca, se despliega un equilibrio entre la potencia del hongo azul y la dulzura de la leche de oveja, con notas de avellana y champiñón. Su leve toque salino redondea el conjunto y deja una persistencia elegante.

El secreto de su carácter reside en su afinado: madurado sin oxígeno ni luz, desarrolla una textura melosa y aromas complejos. Menos agresivo que un Roquefort, pero con toda la profundidad de un gran azul.

Marida a la perfección con vinos dulces como Sauternes o Monbazillac. Para los cerveceros, una negra o una IPA realzarán su cremosidad y contraste de sabores. Frutos secos, compotas y pan rústico completan la experiencia. Un queso que deja huella, hecho para quienes buscan sabores auténticos.